martes, 5 de julio de 2011

SILENCIO

ayer durante las horas de conducción de Oporto hacia casa, veníamos Guillermo y yo en total silencio, el no se, pero pienso que al igual que yo estaba mirando hacia donde comenzó todo la locura de fin de semana, dice el titulo de una famosa película "el mayor espectáculo del mundo", no se si alguna vez superare esto, pero intentaba asimilar todo lo que me estaba sucediendo, todo lo que había conseguido.
El viernes tenia que recoger a Guillermo sobre las 8.30, metemos las bicis en el coche, acoplamos las maletas y con el chaparrito a toda leche hacia Oporto, nos vamos poniendo al día, ya que habiendo compartido escasos 10 kilómetros a finales del 2010 y alguna cruze en el Velo, nos teníamos que ir conociendo, tengo que decir que fue una grata compañía. A Oporto llegamos con el tiempo demasiado ajustado y en el avión camino a Saint Etienne, sacamos nuestro armamento de revistas para ir cogiendo conciencia de la empresa en la que nos habíamos embarcado, después de descubrir el grandioso aeropuerto de la población francesa, intento fallido de aterrizaje y salir a toda pastilla por el coche de alquiler, volvimos a montar todo el petate en el coche y arrancamos hacia el vicio hacia las tan queridas montañas, hacia la casa de mi alma.
después de 2 horas llegamos a pie de Alpe d`Huez y segura que estábamos para una foto (menos mal que lo conocíamos), que pasada, que respeto, que acojone, veíamos alguna cara que asustaba, como subían algunos muertos o muertos enteros, recogimos los dorsales y nos fuimos en busca del hotel montamos las bicis, preparamos la ropa y a cenar, mañana seria un día largo.

nos levantamos temprano, bajamos a desayunar y una vez que estabamos listo a bajar lo que horas mas tarde tanto nos costaría, a las 7.00 hacia una rasca de cuidado, pero los nervios de lo que estábamos a punto de afrontar disipaba mas de uno de los 4ºc que llego a marcar el Garmin, 7.30 estábamos en la salida y cada segundo estaba mas cerca de toque final llegaban ríos de vehículos de 2 ruedas, carretera, híbridos de manillar plano, tiples platos, coronas de hasta 32, bicis de montaña con ruedas gordas y delgadas, alforjas, era el día de misa, íbamos los feligreses a presentar nuestro respeto a estas montañas, el que mas o el que menos giraba la cabeza para mirar donde intentaríamos nuestro final del día, son las 8.00 miramos hacia delante y solo quedaba disfrutar, como todos los arranques a mil, muchos frenazos, muchos nervios, chicos que esto es muy largo y yo quiero sufrirlo para disfrutarlo, llegamos al pie del Glandon, aquí cambia la cosa, pero como ante todo respeto, pienso que puedo subir mas de lo que estaba haciendo, pero sabia mis limitaciones, llegaba sin kilómetros, sin fondo y con demasiado peso, así que ya que estamos aquí hay que llegar, primeras rampas duras, miro el Garmin esto no baja de 10% subo todo lo que tengo y a ritmo, procuro disfrutar de las montañas, así se me pasa mejor esta "tachuela", primer avituallamiento, mi primera imagen que me viene a la mente, el Rocio, tanta gente buscando su tesoro, algo de comer, algo de beber, me abrigo y descenso neutralizado, engancho un pelotón de unas 70 unidades en buscan del "puerto" Telegraphe+Galibier, primeras rampas, me viene a la mente cuando pase en 2009, pero cambia la cosa, después de las primeras rampas duras, pillo un ritmo sin ser fuerte muy aceptable, voy adelantando ciclistas y me adelantan, hay tanto donde elegir que es pero que ir al Corte Ingles, disfruto de los kilómetros como un niño pequeño, pequeño descenso y comienza otro mundo, comienza el Galibier, y en la parte suave pincho, que mala leche, pero había tiempo, aquí hay tiempo para todo, reparo y vuelvo a los pedales, miro desde la lejanía las herraduras, donde puedo decir: "ahí comienza lo interesante" miro de reojo los porcentajes, miro las pulsaciones, miro las pedaladas, pero me estaba perdiendo lo bonito, así que me olvido del Garmin y me dedico a miran a mi alrededor, a sentirme indefenso, sentirme pequeño a decirme a mi mismo me estoy superando, estoy viviendo, corono el Galibier y me quedo con la mirada perdida haciendo un 360º, esto no hay quien lo pague, descenso rápido y lo único que pienso en este momento es tranquilidad, mucha tranquilidad que ya hay pocas energías y no puedo malgastar, llego a pie de Alpe D`Huez, me acuerdo de que horas antes estaba fresco como una lechuga, que cara debo de tener seguro que no muy buena, doy gracias de no haber llevado el móvil, si lo llevara probablemente llamaría a Guille para que me viniera a buscar, respiro profundamente y mirar hacia arriba, comienza sin bajar del 10% durante unos kilómetros, las piernas vacías, la respiración entrecortada, venga un poco mas que ya baja de %, si aun 8 y asi hasta el final, mutitude de gente animando, me acuerdo de la cronoescalda de Amrstrong, 1 millon de personas por esta carrtera, aquí no había tantas pero nunca había pedaleado entre tanta gente, hago ejercicios de auto convencimiento para no poner pie a tierra, llego, finalizo, roto, muerto pero con el alma llena, me acuerdo de lo que me ha pasado en estos 25 años encima de la bici, me abrazo a Guille y mientras me hace de fiel mochilero, me fue a por la comida, me acuerdo de mi mujer GRACIAS pero la próxima se viene conmigo, me voy a la ducha y a cenar, no entra nada, pero hay que meterle al cuerpo.
el domingo nos levantamos y subimos en coche hasta Croix de Fer, después de tomar algo, nos acercamos hasta Lanslebourg bajamos las bicis y subimos el Iseran, durante muchos kilómetros Guille tuvo que hacer esfuerzos para no caerse para seguir mi ritmo al final del todo se marcho, es largo y precioso por igual, fue un "pequeño" paseo para estirar las piernas, una vez coronado,el Garmin murió, acabe con la batería, pero ya toda daba igual, todo era paz y satisfacción, bajamos por donde subimos y preparamos las bicis para el vuelo del día siguiente, y subimos a Valloire, al hotel, dejamos todo y volvimos a subir al Galibier, 20.00 nada de frío y mucha emoción, bajamos a cenar y mas tarde nos juntamos con Raul y compañía amigos de Guille del año pasado,



al dia siguiente a toda leche para el aeropuerto teníamos 3 horas de coche, pero eso ya era lo de menos, había conseguido llenar un poco mas mi alma, lo había pasado estupendamente con la compañía y me sentía bien conmigo mismo, por poner el pero, me faltaba la "ñora" conmigo por el resto

GRACIAS

Paz, bien y muchas risas

2 comentarios:

  1. Grandísima crónica Fer,está perfecta(aunque solo el que ha vivido y sufrido esos colosos en las piernas puede comprendernos al 100%)Gracias a ti por haber compartido un sueño que ya hemos hecho realidad.Yo con el habitual "bajón postmontaña" como dijo Messner con los aviones,trenes y coches nuestro cuerpo puede viajar muy rápido de un lugar a otro...pero nuestra mente no está preparada.Yo apenas me he ido...y ya solo pienso en volver a nuestras montañas ;-)))

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